viernes, 11 de marzo de 2011

No me duele no ser tu rutina me conformo con ser excepción

Y ahí estaba yo, vestida de arriba abajo con amor, con la sonrisa forzada, la mirada cansada y el orgullo.... sin orgullo.
Me temblaban las piernas, las palabras y el alma. El pasado desde lejos me gritaba que no me moviera, pero yo ya me había ido. Aun que seguía ahí, contigo, pero sin ti. No era responsable de lo que sentía, y pude decir mil cosas que ni siquiera se me pasaron por la cabeza. No era capaz de entender el por qué de todo eso. No era deseo, era supervivencia. Era querer sentirme protegida; que ver el mundo entre sus brazos es como verlo desde otros ojos, es ver otro mundo. Ya no pretendo cambios de opiniones ni tener las ganas que sé que faltan. Que faltas. Me faltas. Pero repito que no pretendo volver a lo mismo, ni escucharte interrumpiendome como tantas otras veces. Que me encanta que lo hagas, pero a día de hoy, ya ves, me conformo con no verme morir. No busco la verdad. ¿No quereis entenderlo? Pues a la mierda vosotros. Que yo aflojo si me da la gana. Y no me dará hasta que mi contestador no deje de escuchar su voz, y mi cuerpo de sentir sus manos. Que el día que él me lo pida, dejaré de darle las buenas noches. Y no me lamento; no lo haré si cuando se apague el sol él sigue leyendome.


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